lunes, 12 de enero de 2015

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Desde que en 1985 se legalizara el aborto con la conocida entonces como ley de despenalización del aborto, que más adelante sería llamado eufemísticamente interrupción voluntaria del embarazo, se han practicado ya en España más de dos millones de "intervenciones". En España estamos a la cabeza de Europa, sólo por detrás de Reino Unido y de Francia.
Más de dos millones de vidas truncadas en favor de lo que se considera moderno para una sociedad y una parte importante de la sociedad concibe como un derecho. El derecho a impedir a un ser vivo, a un ser humano, que llegue a ver la luz. Los colectivos feministas y proabortistas mantienen sus lemas ochenteros... "nosotras parimos, nosotras decidimos" y exigen "su derecho" a abortar libre y gratuitamente, faltaría más.

En los mismos tiempos en los que una sociedad indiferente a este tipo de temas, aparentemente tan sensibles,  decenas de miles de personas se manifiestan en las llamadas "redes sociales" y exigen -sí, nuevamente el verbo "exigir"- responsabilidades al Gobierno de turno por haber sacrificado a un perro sospechoso de haberse infectado con el letal virus de ébola. Parece extraño...

Me parece sorprendente que en los tiempos actuales, en los que si algo sobra es información sexual, todo tipo de medios anticonceptivos y barra libre de píldoras del día después -a cargo nuevamente de los presupuestos generales del estado- alguien aún pueda creer e intentar hacer creer a los demás que es imprescindible una ley del aborto tan permisiva como la actual. Sinceramente, creo que si una mujer se queda embarazada hoy día sin buscarlo es por pura dejadez o estulticia dolosa. Porque no olvidemos que de esos más de 100.000 abortos que se practicaron en 2014, sólo un 5% se debieron a razones terapéuticas -grave malformación del feto y/o riesgo vital para la gestante- o como resultado de una violación. El 95% restante se las madres que interrumpieron voluntariamente su embarazo lo hicieron acogiéndose al cajón de sastre de "riesgo psicológico". Somos así de modernos y así de progres. Una chica de 15 años, pongamos por caso, no puede legalmente comprar un paquete de tabaco o una lata de cerveza, pero sí puede abortar sin tener si quiera el consentimiento de los padres. De hecho los padres no tienen porqué enterarse, que no pasa nada. Un verdadero disparate bajo cualquier punto de vista, que para mi estupor el actual partido en el gobierno, pese a tratarse de un compromiso electoral, no se ha atrevido a corregir, aduciendo "falta de consenso en la sociedad al respecto". Como si cuando aprobó la actual ley Zapatero en 2005 hubiera habido consenso... Me parece terrible que no acometan esta necesaria reforma por los motivos que a nadie se le escapan -miedo a movilizaciones ciudadanas, miedo a las editoriales de El País, miedo a que les llamen "fascistas", miedo a perder votos- pero me parece aún más doloroso que Rajoy nos llame imbéciles a la cara al aducir tan peregrina razón para no acometer la reforma.

Yo sé que antes o después, quizá 25 años, quizá 100, las corridas de toros desaparecerán de nuestro país, al menos tal cual las conocemos hoy día. La gente mayoritariamente verá algún día que un espectáculo público no puede estar basado en el sufrimiento de un animal, su sangre y su muerte. ¿Porqué no acabar con esta ancestral y cruenta "fiesta" ya mismo?  Sabemos que más pronto que tarde tiene que desaparecer, ¿Porqué no acabar con ella mañana mismo?

Un planteamiento parecido se me ocurre con el aborto... Sé que en un tiempo las generaciones venideras nos juzgarán muy duramente, como nosotros juzgamos hoy día lo poco que se valoraba la vida humana en otras épocas, porque sencillamente no hay sociedad avanzada que legitime ni se pueda permitir bajo ningún punto de vista abortar más de 100.000 vidas humanas al año. Pero los que defendemos la vida por encima de cualquier otra consideración -no a toda costa; yo personalmente apruebo el aborto en caso de violación, de grave riesgo para la gestante y de graves malformaciones del feto, pero ya sabemos que estos 3 supuestos juntos no representan ni el 5% de todos los abortos que se realizan al año en España- siempre nos encontraremos enfrente las viejas consignas y mantras izquierdistas del recorte de derechos y libertades y bla bla bla, porque les han hecho creer que la capacidad de decidir sobre la vida o la muerte de otro ser humano, aunque no haya nacido, es moderno y progresista. Pues bien, yo lo que creo es que lo verdaderamente moderno y progresista es defender la vida, y estoy convencido que las generaciones venideras así los considerarán también, valorando en su justa medida la vida humana, algo de lo que parece, nosotros actualmente, nos hemos olvidado del todo.

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