lunes, 16 de abril de 2012

De Mitrofanes y Froilanes



Ay, que a perro flaco todo son pulgas y ahora hasta los enanos nos crecen para desesperación del abuelo en este circo que se ha convertido la Casa Real española.

Pero creédme, no debemos ser precisamente ahora demasiado vehementes al juzgar las esperpénticas circunstancias en las que se ve envuelta en los últimos tiempos la monarquía. Cierto que son ya demasiadas las ocasiones en que esta institución está dando que hablar y que si el año 1992 fue declarado "annus horribilis" por su graciosa Majestad la Reina de Inglaterra, aquí el ruedo patrio está igualmente siendo sacudido por por una suerte de entuerto, hechizo o sortilegio que aboca irremisiblemente a los miembros de la casa real a tomar decisiones absurdas, protagonizar hechos vergonzantes o incluso acumular fortunas por prestaciones de servicios diversos que en realidad resultaban del todo imaginarios.

Veamos los antecedentes;

Octubre de 2002; El príncipe Felipe y Leticia Ortiz se conocen en una cena a la que la segunda no estaba invitada. Don Felipe hace a los postres diversos comentarios jocosos que despiertan la admiración de la conocida presentadora. La mecha ya se ha prendido.

En Agosto de 2006 nuestro monarca realiza una visita privada a Rusia, visitando palacios, estampando su firma en el libro de invitados de al menos 2 museos para finalmente llegar a una localidad llamada Vologda, unos 500 Km al norte de Moscú; allí tendrá lugar la cacería de plantígrados, que es la razón principal que le lleva al monarca a embarcarse en esta "visita privada". Las autoridades locales lo organizan todo de manera que el monarca quede más que satisfecho con la jornada cinegética. Todo excepto que ese día ningún oso quiso cruzarse en el camino del real rifle; pasaban las horas y las autoridades se inquietan al ver que el monarca finalmente se iría inédito de sus tierras, sin haberse cobrado una sola pieza.
Si se cuenta que a Franco un par de submarinistas le enganchaban en el anzuelo magníficos túnidos en sus días de pesca a bordo del Azor, el Rey de España no iba a ser menos. Sin mayor dilación un funcionario se dirige a toda prisa a las afueras de Vologda, donde se encuentra un pequeño zoo, y allí escogen a la mascota más querida por los niños de la pequeña localidad rusa como pieza que el Rey habría de cazar. Era un oso pardo de 4 años, de unos 120 Kg de peso. Todos en Vologda le recuerdan como un oso afable y cariñoso. En muchas casas hay fotos de los niños retratados en su compañía. Le embriagan con una mezcla de miel y vodka comprado en un seven eleven de las afueras y lo liberan tambaleante a apenas 50 metros de donde se encontraba el puesto del Rey, que al verlo, no duda en descerrajarle un disparo certero que abate al animal, según atestigua la gaceta local en la página 6 al día siguiente. Adios, osito Mitrofán, que así se llamaba el animal. A la hora de hacerse la foto al lado de su cadaver, el Rey advierte un fortísimo olor a alcohol en el oso y queda extrañado. Se pregunta perplejo qué otros secretos esconderá el plantígrado.

El martes 13 de noviembre de 2007, la Casa Real anuncia el cese temporal de la convivencia matrimonial entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar, al que aún no se le retira el tratamiento de "excelencia", lo cual el propio interesado celebra yendo de compras a Loewe subido en un patinete eléctrico, sorteando los excrementos perrunos de menor pedigrí y haciendo las delicias de los viandantes, que no salen de su asombro. Sus escoltas no pueden más y uno de ellos pide la baja por ansiedad. Durante los días siguientes Marichalar, víctima de una extraño frenesí, no para de dar disgustos a su familia aliñándose con extrañas capas y luciendo fulares de diseños muy arriesgados, con amebas y paramecios por doquier. Es portada varios sábados consecutivos de la revista QMD; sus estilismos causan conmoción entre la comunidad gay. La espiral creativa parece no tener fín. Se deja retratar en diversas fiestas de disfraces en divertida actitud de la mano de señoras muy mayores. En otras ocasiones, su gesto parece desafiante. La casa real guarda un prudente silencio.

Paralelamente, la asociación de amigos de los castillos y la monarquía solicita en el registro el cambio de su nombre y pasa a llamarse asociación de amigos de los castillos y justificadores de la monarquía. Aún así, varios miembros históricos dejan de pagar las cuotas y la continuidad de la asociación queda en entredicho.

En Octubre de 2011 estalla el caso Urdangarín; un goteo incesante de noticias relacionan al yerno del Rey con una trama empresarial que elaboraba informes obtenidos de elrincondelvago.com y por los que cobraba a razón de 6000€ el folio. Afortunadamente para todos la infanta Cristina dice no saber nada de tan feo asunto y la fiscalía la cree. Por otro lado, Ana María Tejeira, mujer de Diego Torres, socio de "El Yerno" y relevante profesor-directivo de la prestigiosa escuela de negocios ESADE, resulta imputada en la investigación de la causa. Mala pata.

El 24 de Diciembre de 2011, en su habitual mensaje navideño, el Rey Juan Carlos afirma que la situación económica de muchas familias españolas, y en especial aquellas que tienen a todos sus miembros en paro, le impide conciliar el sueño. Unas horas después, compra en ebay.es un chaleco usado de Coronel Tapioca, un sombrero de claro corte cinegético, un silbato y unas pastillas potabilizadoras de agua.

Semana Santa de 2012; Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, primogénito de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, se descerraja un disparo en el pié y sus alaridos se escuchan en la ermita de San Saturio. La Reina Doña Sofia justifica al bendito aduciendo que "estas cosas siempre pasan", a lo que añade que el pequeño se encuentra plenamente reestablecido porque ya hace lo que más le gusta, jugar con el movil. En la rueda de prensa improvisada a las puertas del sanatorio se escuchan risitas de fondo.

Pocos días después, nuestro querido monarca, alegre y despreocupado a sus 77 años, de visita privada en Botswana para practicar una de sus actividades favoritas, se pega una talegada de pronóstico reservado a resultas de la cual sufre una rotura de cadera por tres partes. La fotito de Don Juan Carlos I de España rifle en mano y el cadaver de un magnífico elefante a sus espaldas causa estupor y rechazo generalizado. Su Alteza se pregunta retóricamente en la camilla qué habrá hecho él para merecer esto.
Ahora sigo la evolución del monarca con interés; el portavoz del equipo médico que le ha intervenido afirma rotundo que el Rey va y viene del aseo a voluntad, con total autonomía. Bravo. Se recuperará de esta fractura triple y volverá a aparecer atendiendo a los medios de comunicación regalando chascarrillos y ocurrencias ante las que todos sonríen, mientras celebran tener un Rey tan bonachón y cercano.
Así hasta la siguiente insensatez, que será a bordo del Fortuna -un traspiés mientras toca la zambomba le hará caer por la borda-, esquiando en Baqueira -estampado de cara contra un abeto- o atravesando cristaleras imprevistas mientras toma carrerilla para lanzarse en bomba en la piscina de casa. Es un rey muy cercano.

Y volvemos al principio; debemos contemplar este rosario de dislates, irresponsabilidades manifiestas y "equivocaciones" en un contexto adecuado. Los gafes existen, también los cenizos, los sortilegios y los encantamientos. Existen igual los chamanes, los brujos y los hechiceros, y ha sido precisamente un hechicero de una tribu congoleña el que me ha puesto sobre la pista, creo que acertada, de qué o quién está detrás de toda esta suma absurda de despropósitos.

Como podéis apreciar en este video, el supuesto hechicero metido en labores diplomáticas, apenas tiene tiempo para reaccionar. Unas centésimas de segundo y se da cuenta que está frente al fenómeno desencadenante de tanta desgracia, el tiempo justo para retirar la mano, poner a salvo el brazo y recular. Su rápida reacción le ha permito salvar el pellejo.

Aguardemos acontecimientos. Yo mientras, también reculo prudentemente y me doy de baja en la lista de justificadores de la monarquía, que no están los tiempos para tonterías.